Por Roberto Sosa López
El lobby del teatro se acondicionó para velar a un difunto, más que entrar a una representación el espacio nos hizo sentir que estábamos en la capilla ardiente de un velatorio. Los ahí presentes hablamos con voz baja, tomamos un lugar frente al ataúd y nos ofrecieron el imprescindible café. Y si, la atmósfera que se crea es de un funeral, del papá de la autora y actriz Emma Malacara.
Ella entra para hablar de su padre, el relato lo divide en cuatro partes; con la emoción en su rostro nos agradece por esta allí acompañándola en su dolor; con lágrimas que escapan de sus ojos evoca su infancia donde habita el recuerdo de su papá y lo que significó en su vida. La dramaturgia transita entre el drama y el humor negro. El drama nos atraviesa, el humor negro hace soportable el doloroso relato.
Micaela Gramajo Szuchmacher dirige con su estilo de hacer teatro; explora y provoca, no se va por lo convencional, interviene espacios. Acá decidió no montar sobre el escenario, utiliza el lobby del teatro con el propósito de acercar al público a la intimidad con la dramaturgia y al trabajo de la protagonista; el resultado es una obra que subvierte al espectador, no es casual ver rostros conmovidos con la actuación de Emma.
Los funerales de papá es un monólogo donde la actriz le habla a su padre, desde el dolor y la alegría; dentro y fuera del féretro. Lo abraza, lo carga y deconstruye. Un padre muerto que ella revive con ese humor negro propio del mexicano. En las cuatro etapas Emma matiza, se transforma y crea; ríe, llora y juega. Una vorágine de emociones que atrapa y trastoca. Una gran puesta en escena sin duda.
Las funciones son en el lobby del Teatro Casa de la Paz de viernes a domingo hasta el 6 de octubre.
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