Nosotros íbamos a cambiar el mundo
- Carmen Zavaleta
- hace 6 días
- 3 Min. de lectura
Por Carmen Zavaleta
Viajar al pasado, evitarlo, cambiarlo, ¿existe algo más seductor que esta idea?, ¿qué pasaría si lo lográramos?, sin duda la gran pregunta oculta es ¿si viajamos al pasado podemos salvarnos?, la cuestión es potente. Para llevarnos a los recovecos de estos pensamientos, Teatro UNAM tuvo el buen tino de producir y presentar junto con Los Bocanegra y 8m3 la puesta Nosotros íbamos a cambiar el mundo, unipersonal protagonizado por Luis Eduardo Yee, escrito por José Emilio Hernández y dirigido por David Jiménez Sánchez.
La obra termina su temporada este fin de semana en el Teatro Santa Catarina y puedo decirle que se trata de uno de los trabajos que vale la pena visitar, pues desarrolla una sólida propuesta de ciencia ficción.

Vale recordar que en nuestro teatro la ciencia ficción nos ha dado algunas experiencias de la mano de creadores como Stefanie León con la obra Mulberry; Jorge Maldonado con Vórtice y Richard Viqueira con Bozal; cada quien nos enfrentó a realidades acotadas por lo científico y lo tecnológico para preguntarnos sobre nuestra humanidad (lo que suena a contradicción pero al final ¿quién lo inventó?, nosotres). En esta ocasión el equipo de Nosotros íbamos a cambiar el mundo nos lleva por los mismos senderos a través de la historia de una relación de pareja que deja un sabor de amor y nostalgia, y que es capaz de preguntarnos: ¿te atreverías a viajar en el tiempo para salvarte?
En la trama Luis Eduardo y María son una pareja estable o al menos eso parece hasta el día que deciden ir al pasado para salvar al mundo que se encuentra al borde del colapso. Paradójicamente su deseo de cambiar a la humanidad pone en riesgo su relación y los enfrenta a la posibilidad de mantenerse juntos o separarse sin vuelta atrás; en la trama se entretejen conspiraciones internacionales, espías, personajes revolucionarios, viajes por distintos continentes, conceptos de arte y un pato en una cocina oriental al mejor estilo del cómic.

El texto es una ágil narración en la que Luis Eduardo Yee inserta muy bien las voces de distintos protagonistas y logra que el hecho teatral ocurra. Lo que el actor realiza no es fácil pero tiene el temple y la experiencia para abordar con calma la ficción, y lo logra con tres ingredientes exactos: el humor, el juego y la concentración.
El escenario es un espacio lleno de objetos al estilo de un museo de la vida cotidiana, de hecho en el vestíbulo del teatro está colocado un mapa que identifica las cosas que se encuentran el la escena y en las que se incluyen partes de algunas escenografías de otras obras, le recomiendo que no se pierda la experiencia de observarlas pues dota a la obra de testimonios mudos. Nosotros íbamos a cambiar el mundo cuenta con el diseño escénico de Fernanda García y el diseño sonoro de Joaquín Martínez Terrón y Emiliano López.
Este fin de semana son sus últimas funciones en el Teatro Santa Catarina (Jardín Santa Catarina 10, Coyoacán), sábados a las 19 horas y domingo 17 y 20 h. El costo del boleto es de $150 pesos (50% de descuento a personas con discapacidad, estudiantes, docentes y exalumnos de la UNAM). La taquilla se abre dos horas antes de cada función. Le recomiendo verla puesta, seguramente el pasado le guiñará un ojo.

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