QUÉ LOCURA ENAMORAME YO DE TI
- Roberto Sosa López
- 4 abr
- 2 Min. de lectura
El título hace referencia a una canción del salsero boricua Eddie Santiago, y sirve para narrar una historia de amor entre dos mujeres y un hombre; no habla de infidelidad, ni desamor, versa sobre el poliamor. Una mujer asoma su rostro entre cortinas de terciopelo, descubre su figura y nos habla sobre su tormentosa relación, lo que significó su locura amorosa.
Ama a su marido y a su amante la cual tiene un hijo con su esposo. El poliamor suponía le daba libertad de amar, sentir y pensar; sin embargo no es así, ahora se confronta a sí misma, todo lo permitido en su relación se vuelve en su contra. Desde la introspección reflexiona, abre sus sentimientos, desnuda cuerpo y alma. Dentro de un reducido espacio muestra sus sentimientos, su vulnerabilidad como mujer y como ser humano.
Gabriela Wiener escribe este unipersonal que explora lo que sucede en una relación amorosa consensuada entre tres adultos y sus consecuencias. La autora narra en la protagonista los prejuicios que aún persisten en algunas mujeres que piensan estar emancipadas de las monomanías que las definieron años atrás. El relato lo construye con humor ácido con guiños de cabaret.
La actuación es de Pilar Couto, el personaje pareciera que le fue escrito a su medida, lo viste, habita e interpreta acertadamente; sobre el escenario vemos el trabajo de una actriz con experiencia y talento. Pilar es todo terreno, presenta un espectáculo que al inicio divierte, progresa, se vuelve entrañable y reflexivo. El trabajo de Couto es honesto en toda la extensión de la pabra.
La dirección es de Hugo Arrevillaga, experimentado director que sabe trabajar textos que trascienden y conectan con el espectador. Hugo amalgama dramaturgia con la actuación, dispositivos escénicos con la parte emocional del personaje. El resultado es un monólogo bien montado que sin mayores pretensiones logra el propósito para el cual fue pensado y llevado al escenario. Buen resultado.
Que locura enamorarme yo de ti es una canción que se escucha en un momento del relato y dan gana de bailar con la protagonista, de abrazarla por la forma en que nos cuenta su historia, porque le creo a su personaje y por la excelente actuación. Los unipersonales parece que están de moda –sobre todo los femeninos- , y este sin duda vale mucho el boleto.
Diseño de vestuario, Ariadne Alfonseca de la Cruz; iluminación, Ariadne Alfonseca y Hugo Arrevillaga; escenografía, Hugo Arrevillaga. Producción El Hormiguero Colectivo y La Voluntad. Las funciones son en el Centro Cultural El Hormiguero los viernes a las 20:00 horas hasta el 18 de abril.
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