Por Roberto Sosa López
Ni los osos que habitan la casa en el bosque, su antropomorfismo les hace desear y sentir como los humanos, el oso hijo le gusta masturbarse, papá oso intenta violarla. El cuento es oscuro, la inocencia de los personajes se pierde en una casona abandonada, y en la psique de la protagonista que no siente, ni piensa como una niña.
Paula Watson escribe la obra a partir de diarios escritos en 2020, el confinamiento detonó el texto inspirada en este cuento infantil, ella misma lo actúa, su blonda cabellera le acentúa bien al personaje, es creíble, sin embargo su dramaturgia es una introspección con escenas como salidas de una pesadilla.
En tono surrealista el texto deconstruye al personaje que rompe la ficción para hablarnos de su pareja, su profesión, un viaje pospuesto a Alemania…el miedo al futuro. El escenario en esta obra es ficción y distopía, que abrazan a la protagonista en su oscura realidad.
Los cómplices en este proyecto son Luis Eduardo Yee, Ayla Rodriguez, Luis Ra Acosta, Leonardo Barragán y Germán Castillo en las actuaciones. El espacio que encontraron para montar la obra es ideal, una casona que estuvo abandonada por años; patios, paredes y techo muestran el paso del tiempo. Dentro logran crear la atmósfera ideal para narrar la historia.
El concepto escénico (algunos muebles en miniatura como en el cuento) y vestuario son de Mauricio Ascencio; diseño sonoro Joaquín Martínez y Emiliano López. Las funciones son en Casa Balbuena Sur 103 # 1120 Col Aeronáutica Militar, los sábados y domingos a las 19:30 horas. El teatro sale de su recinto convencional para sacar de su zona de confort al espectador. La travesía vale mucho la pena.
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