Por Roberto Sosa López
La ficción, lo ambiguo y misterioso; la libertad, imaginación… volar. Abrazo las imágenes que pueblan el subconsciente, la psique…el surrealismo. Sucede en un universo indeterminado con personajes que llegan de otra dimensión a habitar el escenario y allí compartir con una espectadora el anhelo por volar. La acción se desarrolla en una puesta en escena llena de sombras, luces, máscaras y objetos que crean una atmósfera onírica.
En medio de una tormenta un pájaro es llevado a un lugar abandonado, allí una mujer lo ampara. Cuando recobra el sentido el ave descubre que la mujer desea volar, sin darse cuenta que la casa le otorga la posibilidad de ser un pájaro. La compañía Idiotas Teatro (Pájaro, Caracol y colibrí, A golpe de calcetín) apuesta por una obra que pondera lo visual y acústico, desde esta perspectiva logra un buen resultado.
Fernando Reyes escribe la dramaturgia y comparte la dirección con Cristian David, su creatividad está fuera de duda; ambos están en la misma frecuencia, convergen ideas. Sin embargo en Abrazo la puesta en escena está por encima del texto. Cabe destacar el trabajo de Lucina Rojas quien actúa este unipersonal; participación que refleja rigor y disciplina, su labor en el escenario es impecable.
Música original y diseño sonoro, Diego Santana; diseño de vestuario y máscaras, Azucena Galicia; dispositivo escénico e iluminación, Edgar Mota. Las funciones son en La Capilla Teatro los lunes y martes a las 20:00 horas hasta el 25 de febrero.
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