Por Fernanda Albarrán
El clásico de Disney llega a México. Jazmín no se quiere casar con ningún príncipe de la región. Ella escapa del palacio y en el pueblo conoce a Aladdín, un ladronzuelo que, engañado por Jafar, se encontrará con lo mejor que le ha pasado en la vida: la lámpara mágica y el Genio, quién le ayudará a conquistar el amor de Jazmín.
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La producción de OCESA es grandiosa y vistosa. El guion adaptado a su versión mexicana es hilarante y los números musicales son ejecutados con precisión por un elenco y ensamble talentoso y deslumbrante. Pero sin duda quien se lleva la obra es el Genio de la lámpara mágica con su carisma, chistes actuales y un largo número que mezcla tap, salsa y acrobacia con una escenografía dorada que deslumbra.
El vestuario, brillante en sus colores y pedrerías, junto con toda la precisión y espectacularidad de la puesta en escena hacen de Aladdín una gran experiencia para recordar la magia del teatro.
Este musical, con su gran producción y todo el cariño que la gente le tiene al cuento de Disney, pinta a ser un gran incentivo para que la gente regrese con confianza y entusiasmo a reactivar los teatros comerciales del país.
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