Por Fenarda Albarrán
Fotos Rodrigo Becerra
Darío regresa inesperadamente a visitar a su familia. Para su sorpresa, hay una gran fiesta. Su padre le da la bienvenida, mientras que Eva su madrastra-tía no cree que él haya cambiado mucho, a pesar de ahora estar a punto de convertirse en sacerdote, y busca reavivar en él lo que algún día tuvieron. Abigail, la sobrina de Eva, también se ve seducida por la presencia de Darío. Esta visita detonará bajos instintos que harán que el final de la fiesta tome un rumbo catastrófico.
A lo largo de la puesta en escena vemos a los personajes debatirse entre sus verdaderos deseos y lo que deberían hacer. Plásticamente, la escenografía y el vestuario acompañan dicha propuesta, pues ambos aspectos contrastan el blanco, que simboliza la pureza, y el rojo que apuesta por la profanación.
La dramaturgia de Reynolds Robledo muestra un enredo pasional que termina en una gran tragedia. Si bien, me parece que la construcción dramática es interesante y tiene mucho de aquellas obras de realismo norteamericano, pero también de tragedias clásicas y universales, la dirección me parece que no acierta del todo. Pareciera no sentirse profundidad en la interpretación. El texto demanda momentos muy incómodos y tensos que, en ocasiones, son poco verosímiles y se quedan en lo insustancial, y en otras se va a lo exagerado, lo cual deja ver grandes huecos interpretativos.
Carne cuenta con la dirección de Enrique Singer y las actuaciones de Adrián Ladrón, Hernán Mendoza, Nailea Norvind y Jesusa Ochoa. El equipo creativo esta conformado en diseño de iluminación y videomapping Daniel Primo, diseño de escenografía Erica Krayer, diseño de vestuario: Jerildy Bosch y en diseño sonoro y musicalización: Fernando Sisniega-
Del 23 de enero al 11 de abril 2023, lunes y martes en el Teatro Helénico Duración: 90 min.
