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  • Foto del escritorRoberto Sosa López

PIÑATA DRINK

Por Roberto Sosa López


Es un restaurante excéntrico y colorido, como su propietaria, menú y mesera. En este sitio se reúne un grupo matones para encontrar la forma de asesinar a un mataperros. El jefe de esta banda ama a los canes y no tolera que los maltraten, y menos que alguien los esté matando. Mientras lo deciden, la encargada de atenderlos les propone un juego, si ganan podrán romper una piñata. A cada uno les asigna un nombre, así inicia el recreo.


PIÑATA DRINK. Foto Roberto Sosa López

No todos están conformes, pero terminan por aceptar las reglas. Las bebidas y alimentos están servidos, con nombres y colores fuera de lo común. Sin más comensales con quien competir, ellos resultan ganadores; les proporcionan un palo para golpear la olla. Todo está planeado, de la piñata rota no saldrá fruta o regalos, lo que guarda en su interior detonará en tragedia.


La autoría y dirección son de Miguel Narro. La historia está bien narrada, es una tragedia que transita entre la comedia y el absurdo. El relato lo plantea bien, atrapa la atención del espectador durante el desarrollo de la historia; cada personaje lo tiene bien definido. El eje dramático es la venganza, de forma superficial su texto aborda la lealtad y amistad, así como la intolerancia.


Dirigir su propio texto le permite manejar los tonos, sin embargo no logra que aquello que escribe se traduzca en un espectáculo que impacte; la dramaturgia tiene los elementos, le falta conducir a los personajes por los senderos de la perversión, sacarlos de allí y trasladar el relato por la comedia y el absurdo, vemos poco de esto, no logra un buen resultado. En este sentido la obra no es redonda.

Las actuaciones son de Mel Fuentes, Luz Olvera, Renata A Milan, Pamela Ruz, Alan Escalona, Roberto Valdez y Héctor Sandoval. El trabajo es inconsistente, no están todos en su personaje, su labor no está nivelada. Mel, Alan y Renata bien, Pamela por momentos sobreactúa; Luz y Héctor nada sobresaliente; al protagonista no le creo, su actuación le falta fuerza, no lo veo como el líder de un grupo de sicarios.


La puesta en escena es lo mejor, bien los diseños de escenografía e iluminación (Alan Saenz). La decoración funciona, los colores están bien escogidos, a esto se adhiere favorablemente la iluminación. El vestuario (Melisa Olivares) es adecuado, ellas lucen, ellos propios con el personaje que les corresponde interpretar. La producción es de Alberto Garmedia y Miguel Narro.


La obra ahí está, el director sabrá corregir lo que sea necesario y apretar las tuercas donde sea preciso; con el correr de la funciones la obra tomará ritmo. Cuando esto suceda el espectador se sentará a ver un producto bien acabado. Texto, producción, dirección y actuaciones no están en este momento bien conjuntados, lo estarán seguramente.


Piñata Drink es un restaurante que podría ser una alucinación o la peor pesadilla del protagonista. Como en un sueño macabro, concatena sucesos que nacen en su retorcida mente. Seguro de tener el control, los acontecimientos le mostraran los verdaderos rostros de quienes lo acompañan. La representación es un pequeño universo con colores, juegos y comida, con personajes que caen en un juego perverso que se esconde dentro de una piñata.


Las funciones son los lunes a las 20:30 horas en el Foro Lucerna.



PIÑATA DRINK. Foto Roberto Sosa López

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