RESIDUOS (LO QUE QUEDA DE MÍ)
- Roberto Sosa López
- 24 feb
- 2 Min. de lectura
Por Roberto Sosa López
Restos, despojos que guarda en su memoria y le dan identidad. Una anciana camina por un desolado lugar, llama al viento, carga en cesto con algunas de sus pertenencias. Un espíritu guía sus pasos a través de la música. Detiene su andar y narra algunos recuerdos que le quedan y así explicarse porque llegó hasta ahí. En la oscuridad de la noche se despoja de ellos para encontrar la razón de su existencia.
Diana Gómez escribe, dirige y actúa este maravilloso espectáculo que nace en su propio origen. Su texto tiene como referentes a su abuela y la ranchería San José Sosola en la mixteca oaxaqueña. La obra nos traslada a esta tierra desértica donde la protagonista a través de su personaje le da voz a su madre y abuela para encontrarse a sí misma. “Su historia es, la historia de cómo no tener historia…”.
Diana es una creadora escénica multifacética, hace teatro, danza, circo y performance, esto lo refleja en esta espléndida y maravillosa puesta en escena. Las transiciones que hace con los personajes, el trabajo con la máscara y su lenguaje corporal son la expresión de una artista que sabe lo que quiere hacer, decir, cómo y con qué elementos. Su voz es de una mujer que nos habla desde la tierra y cosmogonía de sus ancestros.
Al despojarse de su vestimenta vemos el barro que le cubre su rostro y cuerpo, barro de la tierra que la vio nacer y la cubrirá cuando muera. Los residuos guardaran sus recuerdos, su historia, lo que fue su vida. Y desde la muerte regresará para contarla de nuevo, buscará en el árido paisaje al espíritu que guie sus pasos. Residuos (lo que queda de mi) es una obra que merece tener el teatro lleno.
Música en vivo, Judith Fabián; iluminación, Jorge Lemus; fotografía y video, Luis Zamudio; vestuario, Elit Rue. Las funciones son en el Teatro del Pueblo (República de Venezuela 72, Centro Histórico) del 20 de febrero al 7 de marzo.
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