Hoy es turno de la entrevista a Georgina Rábago, realizada por Roberto Sosa López
Trabaja en Actriz independiente. Trabajó en cnteatro. Trabajó como Actriz en Compañía Nacional de Teatro. Estudió Lic. en Literatura Dramática y Teatro en la U.N.A.M. Vive en Ciudad de México Georgina inicia muy joven su recorrido sobre los escenarios, uno de sus primeros trabajos fue en la puesta en escena “La tregua”, bajo la dirección de Germán Castillo; su trayectoria toma impulso a lado de su mentor Héctor Mendoza, con el maestro trabajó en obras como “El galán fantasma” y “Sursum corda”. Formó parte del elenco de la puesta en escena “Pascua” la cual inaugura Sala en la casa sede de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), bajo la dirección del propio Héctor Mendoza (desde su muerte en 2010, la Sala lleva su nombre). Como parte del elenco estable de la CNT, actúo en el musical Zoot Suit entre otras más.
Su talento como actriz lo desplegó en obras como “Los últimos días de Clark”, “Herodes hoy” y “Quemar las naves. El viaje de Emma” por mencionar algunas. Para Micro Teatro México, trabajó en “Insomnio” y “Buena pierna”, esta obra formó parte del ciclo “Historias de la Ciudad de México” del maestro Emilio Carballido.
En breve charla, esto fue lo que respondió a las preguntas elaboradas, interesantes réplicas.
-RS. Atravesamos una pandemia que nos tiene aislados ¿cómo vives sin poder estar sobre un escenario?
-GR. ¿Cómo vivo?... A medias. Triste, necesitada, de teatro, claro. Es como si una parte de mí se encontrara adormecida, esperando ser despertada de nuevo para crear universos infinitos y llenos de posibilidades. Extraño el convivio, el ritual, ese limen donde todo es posible y te reinventa y transforma por un lapso para después regresar a ser la misma pero no del todo porque mañana o el próximo fin de semana volveré a transformarme... extraño jugar... Es triste. Me desespero pero agradezco la vida. Y anhelo todo los días el reencuentro.
-RS. ¿Por qué haces teatro?
-GR. Porque encontré el santuario al que pertenezco. Porque comunica y crea, porque forma comunidades sólidas, porque es inclusivo, porque transforma, porque siempre o casi siempre tiene un discurso poderoso que es imprescindible mostrar, decir, gritar. Porque es manifestación del cuerpo y la psique. Porque convoca e invita a la reflexión de la vida misma. Porque sin él estaríamos un poco más perdidos... porque tal vez... logre que seamos mejores seres humanos.
