Entrevista a Marina de Tavira por Roberto Sosa López
Estudió actuación en Casa del Teatro. Durante su larga y fructífera trayectoria sobre los escenarios, ha plasmado su enorme talento histriónico (la vi por vez primera en "Feliz nuevo siglo Doktor Freud", de Sabina Berman, a inicios de este siglo) en obras como: "La expulsión", "El amante", "Traición", "Tomo tu mano en la mía", "Tomar partido", " Crímenes del corazón", "La mujer justa", "El libertino", "La anarquista", "El corazón de la materia", "Obsesión", "Tragaluz" y "El paraíso de la invención" entre muchas más.
Quien escribe realizó esta entrevista, sus respuestas son por mucho interesantes.
-RS. ¿Por qué haces teatro y para ti cuál es el significado?
-MT. En primer lugar porque me enamoré del teatro, cuando lo descubrí sentí que era un mundo mágico, misterioso y revelador; desde muy niña dije “yo quiero estar ahí”, ¿Qué es eso que ahí pasa? Después te diría porque lo disfruto profundamente y porque siento que este lugar es como un medio de conocimiento personal y colectivo; un lugar –no de manera masiva- que ofrece la posibilidad de transformación de una sociedad y de las personas hacia una mejor vida. Este es el lugar donde nos reconocemos, donde vemos quienes somos, quienes hemos sido y quienes podríamos ser. El significado: tiene que ver con nombrar las cosas, el sentido que le damos. Yo diría que es el lugar de la posible transformación de las personas, de la toma de conciencia.
-RS. Desde el escenario y desde tus personajes ¿qué le quieres decir al espectador?
-MT. Quizá no les quiero decir cosas, quiero compartirles una forma de estar en el mundo; cada personaje es una manera distinta de estar aquí y esas distintas experiencias del ser son para los espectadores, y que algo de eso les conecte con su propia vida y les sirva para hacer catarsis. Cada personaje además es muy diferente, nos lleva a mundos distintos.
-RS. Hace un año con la pandemia todo se detuvo, cerraron los teatros. ¿Cómo afrontaste la inactividad, no pisar un escenario?
-MT. Pensé que iba a durar menos tiempo, lo tomé como una oportunidad de leer textos, leí un buen de textos el primer mes, así encontré la próxima obra que quiero hacer. La próxima puesta en escena en forma, como la conocíamos, el próximo teatro que quiero hacer cuando se pueda, como lo percibíamos. Ya participé en otras experiencias distintas. Así fue, lo primero fue leer, después intentar hacer este teatro que consiste en la transmisión de una obra vía streaming, con ensayos propiamente como los conocíamos en un teatro, sin embargo el reto fue la forma de ver y regresársela al espectador, de entregársela al espectador no presencial; sí los ensayos, sí la grabación y de laguna manera experimentar con los lenguajes de la televisión y del teatro. Para mí fue un testimonio de un momento que hablaba de las inmensas ganas que teníamos de seguir haciendo teatro y se quedará como evidencia del momento cuando las puertas de los teatros se cerraron. Después vino está experiencia con la obra Blindness (Ceguera) que fue aún más reveladora, encontramos la manera de llevar al espectador al teatro de una forma segura, esto se volvió una experiencia en sí misma donde el público podría ir a confrontarse con la realidad que estamos viviendo. Entonces siento que fueron tres etapas: una de mucho encierro, otra fue una búsqueda de fusionar lenguajes y por último fue encontrar el espectáculo presencial para este momento. Todo un recorrido.
-RS. Ahora pareciera que el teatro migra hacia un lenguaje híbrido: presencial y virtual. Te vi en la obra “El paraíso de la invención”; verte sobre el escenario, es ver a un monstruo en su hábitat, el cual dominas y te sientes como en tu casa. Esta obra se transmitió a través de la pantalla, y pareciera que veíamos al mismo tiempo teatro y cine, dos lenguajes que dialogaban y se abrazaban; la grabación dentro de un teatro logró locuciones teatrales y cinematográficos. El teatro, la dramaturgia sucede en el espectador porque ustedes lo provocan desde el escenario, con su trabajo y personajes. ¿Cuál es el reto de trasladar esto que el espectador debe sentir en una función presencial, a través de una pantalla?
-MT. Fue un reto muy apasionante; Lorena Masa (directora de "El paraíso de la invención") tenía la intención que el espacio se viera que era un teatro y además se sintiera que estaba vacío, como un homenaje a los teatros vacíos. No obstante nosotros sí teníamos la experiencia de estar parados en el escenario; aprendí y reflexioné después de verlo que hay una dificultad en la fusión de los lenguajes, sobre todo por la proyección, la actuación se proyecta distinto hacia una cámara, que al público en un recinto teatral, el famoso monstruo de mil cabezas. En el teatro el espectador o la espectadora escogen que poner en foco, “todo está en foco” (creo que lo decía Peter Broock, o alguien como él), en el teatro todo está en foco y cuando lo grabas tú escoges que le vas a decir al espectador que vea. Jugar con estos lenguajes fue una experiencia donde aprendimos y gozamos muchísimo; recordamos que el teatro estaba ahí y nos seguía esperando. Aprendí y me hizo pensar en muchas cosas, sobre todo después verla y haberla vivido; muchas reflexiones sobre lo que hacemos, qué hace que el teatro sea teatro y qué hace que el cine sea cine, fue muy interesante.
-RS. Se dice que el teatro en crisis se reinventa ¿Tú crees que el teatro migrará hacia las plataformas virtuales?
-MT. La verdad pienso que no, porque entonces dejaría de ser teatro. Sin embargo estas plataformas nos ofrecen la posibilidad de guardar los testimonios teatrales -el teatro es efímero, esa es su condición-, será tener un registro de lo que se ha hecho en teatro, algo que se pueda consultar, un medio de consulta; una posibilidad de acercar la experiencia sino en su totalidad, sí un poco a los lugares donde no se pueda llegar, donde no puede haber teatro presencial. Es muy difícil que alguien que vive en algún lugar remoto pueda ir una ciudad a ver una obra, y esta posibilidad es que le pueda llegar de otra manera. Más nunca sustituirá la experiencia del teatro, que siempre tendrá que ser viva y presencial. Son cosas diferentes, son herramientas que ahí están, no obstante el teatro no puede convertirse en teatro vía streaming, porque estaría dejando de ser a sí mismo.
-RS. Los que hacen teatro en línea es lo que más defienden: que llega a públicos que de pronto no tienen acceso por la lejanía o para el público de las ciudades que sale de trabajar y no le da tiempo de llegar a la función.
-MT. Ojalá no logre que la gente deje de acudir a las salas, eso quisiera pedirle y rogarle al Dios, a la Diosa del Teatro.
-RS. Seguro te escuchan, eres su elegida, la favorita de ellos. Ahora dime ¿Cómo esperas volver? Ahora que la actividad teatral se reactiva, no quiero decir “normalice” porque si esperamos que todo sea como antes, entonces no aprendimos nada.
-MT. No sirvió de nada.
-RS. Exacto, entonces ¿Qué esperas encontrar arriba de un escenario, qué te dice volver a estar frente al público con el teatro lleno?
-MT. Una emoción que me pone la piel chinita, pensar que eso pueda suceder en algún momento, he pensado mucho cómo a veces lo damos por hecho, que a veces es cansado. Un día de pronto antes de la pandemia, de verdad me sorprendí al pensar que la mayor parte de los fines de semana los había pasado en un teatro, en un camerino y dije wow, realmente esto ha sido mi vida y pienso: “me perdido las vacaciones, los fines de semana, lo que la gente hace en estos días y yo estoy siempre en el teatro”. Te cuestionas, se vuelve algo cotidiano, entonces te lo quitan y te das cuenta de lo extraordinario, el privilegio, el gozo que es, y bueno lo que deseo profundamente es recuperar ese momento.
-RS. De todo el teatro que has hecho ¿Qué te falta por hacer? Qué hay dentro de ti que te diga: “esto aún no lo hago y algún día lo haré antes de que me retire”.
-MT. Es algo que siento, que voy descubriendo, antes pensaba “quisiera hacer tal o cual personaje” y ya no pienso así, me voy dando cuenta que mi ser actriz se va moviendo conmigo, con la edad que tengo y el momento de vida que estoy viviendo. Entonces aparecen las obras, los personajes y lo que quiero decir; lo increíble del teatro y de ser actriz es que van apareciendo los personajes de tu edad, que tiene que ver con lo que te has movido también como persona, entonces no me falta nada, en realidad lo único que quiero es que siga sucediendo, que el teatro me acompañe en mis procesos de vida y en las edades que voy teniendo.
-RS. Decía un famoso director de teatro que los actores no escogen al personaje, sino el personaje a los actores.
-MT. Exactamente, así es. Soy una persona que piensa que las cosas son las que ves y las que son, pero en eso creo profundamente.
-RS. ¿Qué sigue, qué vas a presentar próximamente?
-MT. Me hice de un texto y estamos esperando volver, que se pueda hacer teatro y podamos abrir con una capacidad mayor, para que funcione, sino no salen las cuentas. Te puedo adelantar que tiene que ver con la reflexión y los movimientos de las mujeres que hemos estado viviendo, que es tan importante. La va a dirigir una mujer.
Imagen tomada de las redes sociales de la actriz
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