Por Roberto Sosa López
Resonancia y repetición, fenómeno acústico que choca con un obstáculo y regresa al lugar donde se ha emitido. Para Ella el Eco implica repetir las conductas de sus antecesoras; vivir carente de oportunidades y a la sombra de un hombre. A los varones de su casa se les permitió estudiar, trabajar y escoger la vida que deseaban, a las mujeres no. Para su abuela, madre y tías, la educación fue distinta.
El desafío ahora es romper el paradigma y emanciparse.
El relato compagina la mitología con su contexto. En Titus tragedia de William Shakespeare, Lavinia fue hija de Tito Andrónico, a quien por venganza violan, para que no revele a sus agresores le cortan las manos y lengua. El escenario lo llena con imágenes de este mítico personaje y de sus antepasadas. Pretende encontrarse, verse en alguna de ellas, indaga el pasado para entender en donde está parada, y a dónde pertenece.
Eco es un monólogo escrito en la inconformidad y la insatisfacción; las condiciones de nacer mujer en México en desventaja con relación a los hombres, y el sistema patriarcal, son el eje temático que cimienta el texto. La protagonista está de pie sobre el escenario, su vulnerabilidad la atraviesa. El entorno se descompone, el tejido social se rompe por el hilo más delgado; las mujeres de hoy ya no desean repetir arquetipos y conductas del pasado, es su mensaje.

Eco es la voz y mirada de una joven de nuestro tiempo, que indaga, pregunta y se inconforma. Ella representa sobre un escenario teatral, lo que significa ser mujer en nuestro país. Voltea hacia atrás en el tiempo para investigar y encontrar en las señoras de su familia, respuestas para que el Eco no resuene en las niñas que ya nacieron o están por nacer.
Autoría y actuación, Patricia Loranca; diseño sonoro, Dulce Mariel; diseño de escenografía Natalia Sedano; dirección de Micaela Gramajo. La obra se presenta como parte del ciclo Nosotras Somos Memoria, las funciones en esta temporada son en el Foro A poco no, de jueves a domingo del 3 al 13 de marzo

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