Por Roberto Sosa López
Jugar con Shakespeare, dijo Olivia Barrera en conferencia de prensa. Ella adapta y dirige esta tragedia histórica escrita en 1606. Con los clásicos –se dice- se puede hacer lo que sea, el juego que propone es que los personajes masculinos sean interpretados por mujeres, contrapuesto a lo que sucedía en tiempos de Shakespeare y el teatro isabelino.
Quizá con esta decisión desea ponderar a las mujeres, o su elenco femenino sea una crítica al patriarcado. Lo cierto es que escuchar parlamentos para hombres con voces femeninas es un plus en la obra, sin embargo no lo percibo como una sátira hacia lo masculino. No sé si el juego que Barrera propone le agradó.
Su versión es con dos actos, de los cinco que tiene el original, trabajó la historia para que no fuera muy extensa, esto le sustrajo drama al texto, parte de la esencia se disipa entre las tablas de esta enorme escenografía.
El elenco lo encabeza Carmen Mastache (Cleopatra), cuando aparece en escena su presencia destaca, su indudable talento se despliega en todo el escenario. Contrasta con el personaje que interpreta Ana Graham (Antonio), la veo sin fuerza, sin el dramatismo que demanda el papel, sin ritmo. Las escenas que ambas comparten no hay ese feeling que se percibe en una pareja de enamorados; están divergidas.
Complementan el reparto Guillermina Campuzano, Alejandra Marín, Leticia Pedrajo, Mariano Ruiz, Aleyda Gallardo, Natalia Alanís, Sofía Velarde, Alissa Reyes, Lucy Escandón y Carolina Contreras. Escenografía e iluminación son de Mónica Raya, el decorado funciona con la historia, la iluminación queda a deber; vestuario, Julia Reyes, original diseño coherente con el texto. Producción Olivia Barrera.
Cleopatra y Antonio es una tragedia con tema amoroso fatalmente ligada al poder; Cleopatra es la heroína trágica cuya relación de amor y pasión cambio el rumbo de Egipto, y tambaleó los cimientos del poderoso Imperio Romano. El principal antagonista de Antonio y Cleopatra es Octavio César, futuro primer emperador de Roma.
Las funciones son en el teatro El Galeón Abraham Oceransky hasta el 18 de septiembre.
