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DOS GARDENIAS

Por: VIRIDIANA NÁRUD


El promedio de vida de una mujer trans es de treinta y seis años. Existe en nuestra sociedad un espectro de personas que viven en la marginación e impunidad que no pueden ser borrados con el uso de pronombres ni cambios de vocales al final, se necesitan acciones y contar las historias de todas estas mujeres que mueren por culpa del odio. Ver en el teatro estas historias habla de la necesidad de ser narradas y de ser vistas.


“Dos gardenias” es una obra que habla del transfemenicidio y la situación marginal en la viven las mujeres trans, ambientado los años cincuenta en la Ciudad de México. Gardenia es una mujer huérfana que oculta su identidad con miedo. Sin embargo, tiene un talento que la hace ser deseada y la hace ser vista, su canto.


Esta obra es un melodrama escrito y dirigido por Jonathan Rubén que en ocasiones llega a ser complaciente con su trabajo y no ata los nudos sueltos de la trama volviéndola un poco predecible, sin embargo, y es importante mencionarlo, la obra se sostiene por el talento y encanto de sus actores y actrices.


Cocó Máxima y Alexander Soto acaparan el escenario con su voz y encanto muy personal. El matiz y color de sus voces sorprenden a los espectadores y los emocionan. Así que a pesar de las deficiencias del texto y de la iluminación mal afocada, el público se mantiene unido ante el drama de su protagonista. Grita, abuchea al malo, se une al dolor del amor y esperan a los actores para tomarse una foto junto a ellos.


La clave de esta obra está en la selección de su talento, de todos los intérpretes en escenario y en la música en vivo. Sí es importante mencionar que la selección de canciones no es la mejor para terminar de construir el tejido narrativo que nos permita avanzar con la acción dramática o crear mayor tensión, de alguna manera termina funcionando y conectando con el público.


Es un tema sensible porque el transfemenicidio es una realidad que mata a muchas mujeres trans y las margina a la prostitución. Hablar de ellas con respeto, mostrar su vida interpretada por una mujer trans como Cocó Máxima, nos recuerda la lucha y resistencia de todas esas voces que se silencian día a día, que aquellas que mantienen el fuego en su voz y cantan celebran la vida.




Foto cortesía de la producción

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