LA NIÑA, LA BARCA Y EL CANARIO
- Roberto Sosa López
- hace 1 día
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Por Roberto Sosa
Navegan por el mar, desean alcanzar la otra orilla. Un día la niña despertó y el mundo ya no era el mismo; si quería sobrevivir, tendría que migrar. En medio de la destrucción se da cuenta que no está sola, tiene a su canario, un canario tuerto. Se abren camino hacia el mar, ahí está una barca en la cual harán el viaje. La utopía le abre paso en un mar tranquilo y agitado; la barca es su refugio… el canario su compañía.

En las noches, a lo lejos los astros azules tiritan en el cielo. En la travesía, en medio del océano, la niña encuentra su voz, la voz de una mujer adulta que evoca este viaje. El relato nos lleva de un mundo en ruinas a otro donde habita la fantasía, donde el canario tiene voz y rostro y una abuela narra lo que guarda en su memoria. Viajan en busca de un mejor futuro, allí la niña y su canario quizás habiten un mundo menos sombrío.
La dramaturgia es de Maribel Carrasco, su mejor texto –quizá- montado en un escenario, el más entrañable; Maribel escribe poesía en medio de un mundo apocalíptico. Se trata de un relato que nace de la inspiración de una sensible dramaturga, crea una historia que inicia en las sombras de la destrucción. El teatro principia en el texto, Maribel lo empieza con uno que desde lo sombrío se ilumina con la luz de su talento.

En la dirección está Mauricio García Lozano, un creador que se iguala perfectamente con la dramaturgia. No sé si el resultado sería el mismo en manos de otro director, lo cierto es que Mauricio redimensiona en la escena lo que Maribel escribe. Su trabajo está equilibrado con la producción y dramaturgia. Cada personaje tiene su sitio, su espacio, Mauricio los reúne en la imaginación del espectador. Excelente resultado.
Las actuaciones son de Verónica Langer (abulea), María Penella (canario) y Patricia Loranca (niña) elenco idóneo para esta obra. En cada una vive el personaje; el trabajo de mesa debió ser arduo y laborioso para lograr el resultado que vemos sobre el escenario. Las tres están en armonía en el escenario; no hay diálogos entre ellas, sin embargo sus personajes las acercan, hay un lazo invisible que emocionalmente las junta y estrecha.
La niña, la barca y el canario es teatro que nos habla de una niña que migra, su hogar está entre las ruinas. Está niña podría hoy habitar la Franja de Gaza, Ucrania o cualquier otra ciudad destruida por la guerra. Y está niña en la utopía nos comparte su barca, la travesía es hacia un mundo donde se pueda vivir en paz, y seguir soñando. Hoy el mundo está al borde del apocalipsis, hoy después de ver esta obra el apocalipsis puede esperar.
Equipo creativo: diseño de escenografía, Jorge Ballina; iluminación, Ingrid Sac; vestuario, Jerildy Bosch; composición musical, Nicolás García; movimiento escénico, Vivian Cruz; amigo de la música, Pablo Chemor. Sin duda gran talento creativo, mejor imposible. Productoras Ana Bracho y Paula Sanchez Navarro. Funciones en el Foro Lucerna de viernes a domingo hasta el 14 de septiembre.

MUCHAS GRACIAS!!!!